Los equipos de CPAP están diseñados para durar mucho tiempo. Sin embargo, hay unos cuidados básicos que no deben faltar para que trabajen adecuadamente.
Cada día:
Limpia el equipo y la mascarilla con un paño húmedo y jabón suave (también puedes usar las toallitas diseñadas para la limpieza del CPAP y mascarillas).
Vacía diariamente el humidificador.
Usa agua destilada para llenar el humidificador.
Revisa el tubo por dentro.
Revisa que todo el circuito esté en buen estado.
Cada semana:
Lava el tubo en la ducha y sécalo al aire.
Lava la máscara con agua tibia y jabón, enjuaga y deja seca al aire.
Lava el sujetador con agua y jabón.
Enjuaga el filtro con agua tibia.
Limpia el humidificador según sus especificaciones.
Reemplaza o sustituye los accesorios cuando:
Notas deterioro de alguna pieza.
El sujetador no ajusta bien.
La mascarilla no tiene buen sello.
Hay fuga permanente de aire.
De acuerdo a las especificaciones del fabricante.
Es recomendable realizar un mantenimiento preventivo cada 6 meses que incluya cambio de filtros, limpieza general y evaluación de los parámetros indicados.